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Acciones por el clima
Una tierra que se recupera en su día, pero no por la acción directa de la humanidad

Una tierra que se recupera en su día, pero no por la acción directa de la humanidad

La reducción de la actividad industrial y el transporte con vehículos de combustión asociada a la crisis del Covid-19 también está dejando efectos secundarios relativamente positivos para el medio ambiente y la salud de las personas.

EL IPCC, máximo organismo encargando de elevar la voz sobre los escenarios del cambio climático para la toma de desiciones globales a jefes de Estado y de Gobierno, sentenció el año pasado que:

«Las emisiones distintas del CO2 incluidas en el presente Informe son todas las emisiones antropógenas distintas del CO2 que producen forzamiento radiativo. Entre ellas se incluyen los forzadores climáticos de vida corta, como el metano, algunos gases fluorados, los precursores del ozono, los aerosoles o los precursores de aerosoles, como el carbono negro y el dióxido de azufre, respectivamente, así como los gases de efecto invernadero de larga duración, como el óxido nitroso o algunos gases fluorados. El forzamiento radiativo asociado a las emisiones distintas de CO2 y a cambios en el albedo de superficie se denomina forzamiento radiativo distinto del CO2» (IPCC, 2019)

Las emisiones urbanas de GEI por fuentes móviles y fijas durante la cuarentena social que se ha impuesto en varios países a hecho descender significativamente los niveles de NO2 y otros gases detectables en tiempo real por las sondas satelitales que giran sobre la Tierra.

Aunque la pandemia, y sus medidas de confinamiento y cuarentena social están siendo diferenciadas entre países y regiones, nos esta dejando paisajes sin humanos, donde ciertas especies están recuperando espacios, generando nuevos desplazamientos vitals -no habituales- como diciendo «existimos tambíen» cuya cotidianidad atropella y acorrala diariamente.

Las economías están resquebrajandose ante la pandemia del #COVID19 y las consecuencias sociales aún no están estimadas, comprometiendo grandes grupos sociales frente al sistema financiero global y las economía locales reales entre el Norte y Sur, comprometiendo nuevas deudas que implicará explotar nuevos ecosistemas para saldarlas.

La contaminación generada por las movilidades baasadas en los combustibles fósiles en todas las regiones, genera un forzamiento radiativo de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) cuyos niveles están hoy en descenso, reaccionan con la luz solar provocando una sensación de enfriamiento en micro-climas locales, aunado a la reducción de actividades economicas y sociales cotidianas.

El problema del calentamiento global está en la residencia de los GEI, estos gases persisten desde meses hasta los 100 años más en los distintos niveles de la atmósfera , acumulando y radiando energía calorifíca del sol, aunado a la reducción de las masas forestales que aboserven CO2 y generan oxigeno vital, afectando tambíen la acidificación de los mares y oceános como factor agua-tierra en el ciclo del carbono.

El parón que ha sufrido la vida cotidiana en muchos países, es solo la señal de alerta de nuestra debilidad institucional frente a las presiones y mutaciones de virus y enfermedades, pero a nivel climático, veremos escenarios más complejos y constantes que enfrentar como especie.

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